El que lo dice, miente
Por favor escuchá lo que te tengo que decir. Todo el
día te estuve llamando, Emilia, y no te pude ubicar en ningún lado. Lo del otro
día fue una equivocación. No tuvo que haber pasado pero se dió. Así nomás, se
dió. Desde el principio las cosas fueron normales y nadie buscó nada, los dos
hablábamos de vos, Emilia, porque te queremos mucho. Nos llevábamos
bien, vos nunca me dijiste que ella era tan simpática. Nunca me dijiste nada,
Emilia, ¿viste que vos también te equivocás? Siempre es difícil reconocer los
errores de uno, ¿no? Igual no es éso lo que te quiero decir, nos llevábamos
bien porque los dos trabajamos bien, y lo que pasó después, bueno, para qué
decirte, también se dió así. Ella siempre te tuvo envidia, de chiquita lo
sabés, y el fallecimiento de tu mamá no mejoró las cosas. Pero te quiere mucho, por
eso es tan así, tan chiquilina. Los dos te queremos mucho. Pero yo te amo,
Emilia. Lo del juicio fue idea del amigo, tomalo con calma eso, yo le dije que
no lo haga pero no me quiso escuchar. Se le metió en la cabeza que quiere la
plata de mamá, que de otra forma no se la ibas a dar. Es chiquilina, Emilia. Y
para colmo vos no tenías las cosas muy en regla ¿viste que también hiciste todo
mal? Igual no es eso, ahora te estoy pidiendo disculpas por todo, te estoy
pidiendo perdón y que tengas en cuenta esta actitud por favor. En cuanto a lo
otro sabés que pase lo que pase yo te voy bancar, lo sabés. Justo anoche tu
hermana me invitó a tomar algo en el bar de enfrente, estuvimos hablando un
rato largo, viste como es ella, cuando se pone a tomar no para de hablar. Me
hacía reír mucho. Pero bueno, cuestión que me contó muchas cosas, ¿sabés
Emilia?, varias cosas de vos y el negocio de tu mamá. Detalles, cómo lo
manejabas y cómo arreglabas todo con la inspección. No para de hablar la nena,
la conocés mejor que yo. Ahora sé algunas cosas y en tu situación no te
conviene, ¿viste Emilia? Esta noche te venís a casa, a comer, todo va a ser
como antes ¿Me vas a perdonar, no? Bueno, solamente te quería decir que tengas en cuenta eso. Y que te amo mucho.
Las cosas más hermosas se sienten nada más y cualquier intento de decirlas o escribirlas de nada vale. Una vez me dijiste que
no es necesario hablar todo el tiempo y tenés razón. Tampoco es necesario
decirlo todo. Por eso quisiera no escribir esto.Bueno, no escribo nada. Pero me sale en forma de una
sonrisa sin querer. Me sale en forma de pensamientos que no quieren dormir
solos en mi cabeza y te sueñan en silencio. No sé qué me pasa. Me pierdo.
Escribo palabras sin sentido. Ya no soy solamente yo. Soy yo y un pensamiento.
Soy yo y una mirada cercana. La más linda. Y es por eso es que te odio. Como un
paisaje del norte que de tan hermoso te hace pensar que no querés dejarlo
nunca, que no querés volver la vista hacia otro lugar y caés en la cuenta de
que hubiera sido mejor no haberlo encontrado nunca.
En este momento, como casi siempre, estás en mi
cabeza. Ahora estás ahí adentro leyendo esto, y me gustaría que no sea así. Que
en la realidad no lo leas nunca, porque estas palabras en verdad no te van a
decir nada. Son un triste engaño.
Sí, una excusa para decirte nada más que eso.
Nada más.
Que pienso en vos.