martes, 11 de abril de 2023

Agua

 


Un mar me ahoga la vista cuando descubro el océano. Un camino se traga mi calzado. Mi ropa comienza a beber agua. Un llanto me llora. Es la revelación cumplida, el alivio de lo acontecido, la seguridad de volver pasado el futuro.

Sucede. Un abrazo entre aguas saladas. Me dirijo a quien sea que haya llorado el mar. Lo entero de una memoria. Me da la bienvenida. Sucede la epifanía de un sueño que soñé, el presagio de una noche de lluvia que lava y apaga el fuego.

Hablo de esfuerzos inútiles o de tristezas. Hablo del recuerdo que me empuja al agua, a este dios que me invita a ahogarme o nacer anfibio. No por nada el bautismo. No por nada la lluvia. Aquella que sabe que tirar agua al mar nunca fue en vano.

La lloro, la veo fría, se siente clara. La respiro.