miércoles, 6 de julio de 2016

Apagado en espiral





Voy con apuro y busco las extremidades de las palabras que se me ovillaron en textos grises, sin argumento y, lo que resulta irremediable, sin pasión. Esos textos que vivo todos los días, textos que se apagan en espiral. Es por eso que hojeo para atrás, que ando apurado entre oraciones pasadasEs algo que ya no puedo soportar, madejas interminables de ideas contradictorias me asaltan en el capítulo que me toca leer todas las mañanas. ¿Dónde había empezado esta historia? No sé. Y no hay forma de seguir la novela de mis días si no releo el primer capítulo. Ese capítulo temerario que se jugó por romper el vacío de una existencia en blanco. Por eso voy corriendo por hojas pasadas. Necesito esa pasión. Necesito ese argumento. El argumento. Aquel que en algún capítulo intermedio se me perdió, entre la muerte de un protagonista, entre un amor no correspondido, entre la violencia de una relación posesiva. ¿Dónde se perdió la pasión de este texto? No sé. Por eso voy corriendo a mis primeros capítulos. Necesito ese motivo. Necesito ese color. Necesito esa emoción. De lo contrario, seguiré levantándome por las mañanas con textos apagados, opacos, fríos como tinta azul. 

1 comentario:

  1. Los dos últimos parecen prólogos de un gran texto que está viniendo. Me gusta pensarlos así.

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