martes, 3 de diciembre de 2013

Myaro y Nardela


Trovadores que guardan en sus cantos historias que ya nadie recuerda, refieren aquel olvidado amor de Myaro y Nardela. En las noches de luna cuentan la historia de cómo se amaron aquellos dioses en los oscuros tiempos de los días sin sol. Es leyenda tan vieja que ya nadie cree en ella, pero quienes la han oído tan sólo una vez no hacen más que esperar las noches sin luna para poder oírla nuevamente de la voz de los santos juglares. Acontece que todos aquellos recitadores en la comarca entera cuentan en la misma noche la misma historia que sin embargo nunca es la misma, porque es distinta a la anterior y su comienzo es lejano, remontándose a los comienzos del mismo universo. Así, desde el principio, la vieja leyenda de Myaro y Nardela no hace más que mutar en sucesivas noches oscuras y en sincronía en cada calle donde es cantada. Algunas voces son despreciativas y afirman que los trovadores son secta y se reúnen en conciliábulos consagrados a componer la bella historia sin fin. No hay ninguno, sin embargo, que desconozca la fidelidad de sus pocos oyentes. Maravillados por el encanto de cada episodio, sus seguidores comentan al día siguiente los nuevos caprichos de aquel amor divino, no pudiendo hablar de otra cosa durante días enteros. La poca gloria de estos dioses entre la común creencia no nubla el corazón de sus fieles oyentes, que escuchan, cada noche de luna, el devenir de sus propias pasiones. 

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